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Editorial: Ramón Lobo, ese insigne ¿periodista?

septiembre 06, 2012
Noticias

De nuevo, Ramón Lobo ha vuelto a recurrir a Guinea Ecuatorial y a sus instituciones para “engrosar” su pluma y nombre con un nuevo artículo crítico contra el Presidente de nuestra nación. Mucho le debe este “insigne” periodista al nombre de nuestro Estado, al de nuestro Presidente y al de nuestras instituciones, ya que gran parte de su fama la ha cultivado escribiendo en contra de los mismos. Sin embargo, desde Guinea Ecuatorial, conocemos la auténtica realidad de este personaje: un falso “periodista” que se vende como conocedor de nuestra realidad, a pesar de que apenas si ha vivido entre nosotros y, cuando lo ha hecho, sólo ha escrito lo que le ha interesado para forjarse cierta fama de “defensor de la justicia” con la que se ha creado su identidad. Su último artículo, una vez más, está vacío de contenido e inflado de palabras sin datos, sin documentación, ni actualidad.

Una vez más, el insigne periodista Ramón Lobo se vuelve a autoerigir como “gran conocedor de Guinea Ecuatorial e insigne defensor de la justicia universal”, en un artículo crítico contra el Presidente de nuestra nación, S. E. Obiang Nguema Mbasogo, publicado el domingo 26 de agosto en el periódico español El País.

Quienes conocemos el tratamiento de los medios españoles hacia Guinea Ecuatorial, y los casos especiales y concretos como el de Ramón Lobo, ya esperamos que, periódicamente, éste y otros periodistas y algunos periódicos en concreto, como El País, realicen la consabida publicación crítica hacia nuestras instituciones. No en vano, este tipo de autores le deben mucho a nuestro país, a nuestras instituciones y, muy especialmente, a nuestro Presidente, que es sin duda uno de sus personajes favoritos; y con los que han podido acuñar muchos titulares de ésos con los que, todos ellos, se han autoproclamado, de cara a la sociedad española, como “justicieros sin fronteras”, “salvapatrias”, “defensores de la justicia universal” y que, además, les hace criar fama y vender muchos más artículos.

Pero la auténtica realidad la conocemos bien en Guinea Ecuatorial: Ramón Lobo, como tantos de otros supuestos “especialistas” occidentales en Guinea Ecuatorial, no tiene ni idea de lo que va la vaina. No ha vivido más de unos pocos días en nuestro país. Sólo ha hecho dos visitas al mismo; durante las cuales, por cierto, no se ha jugado la vida en ninguna trinchera, ni ha tenido bombas, ni pistolas que amenazaran su supervivencia, pese a lo que muchos de sus inocentes lectores se creen de él. Al contrario: despreciando por completo la amable hospitalidad que en Guinea Ecuatorial se le ha brindado, este ávido periodista se las ha apañado, no para ofrecerles la realidad objetiva y desde todas las perspectivas, sino para escribir, exclusivamente, lo que a él le interesaba (que en este caso iba completamente en contra de nuestro Gobierno), con el fin de hacerse así ese hueco oportunista de “reportero justiciero” y “salvapatrias demócrata”. Que sepan, los lectores de Ramón Lobo, que Ramón Lobo prácticamente no conoce Guinea Ecuatorial.

Y, como no podía ser de otra forma, ahora de nuevo, en esta carga contra nuestro Presidente, el “insigne” periodista vuelve a hacer gala de una vergonzosa falta de datos, de realidades tangibles, e incluso de opiniones diferentes con las que poder difundir la visión multilateral de todas las facciones que viven en este país, cosa que haría cualquier reportero de primer curso de periodismo de cualquier universidad.

Por ejemplo, en su nuevo texto, este “insigne” periodista vuelve a repetir -cómo no- lo de la falta de libertades en Guinea Ecuatorial y dice textualmente que aquí “cualquier gesto podría interpretarse como un desafío al régimen”. Sin embargo, en el mismo artículo encontramos unas declaraciones totalmente críticas y adversas al régimen, como las del Secretario General del partido Convergencia para la Democracia Social (CPDS), Plácido Mico, quien vive en Guinea Ecuatorial y no sólo ejerce con auténtica libertad sus gestos de desafío al régimen, sino que participa activamente en la alta política del Estado, y que -por ejemplo- esta misma semana ha participado en la Comisión para el Proyecto de la Reforma de la Ley Electoral en el Parlamento, con todas las prebendas, derechos y privilegios que le otorga la ley, tal y como sucede en cualquier Estado democrático. Y es que Plácido Mico es, simplemente, un parlamentario de la oposición que trabaja, día a día, en Guinea Ecuatorial, como el resto de los partidos de la oposición, con plena libertad personal y profesional.

El artículo también habla de Celestino Bakale que, en la actualidad, como sucede con otros miembros de la oposición, forma parte del Gobierno de la República de Guinea Ecuatorial. Sin embargo, resulta que Ramón Lobo no ha sido capaz de exponer declaraciones de este político, como -¡oh, casualidad!- no ha sido capaz de exponer declaraciones de ningún otro político ni personaje, que esté a favor del Presidente Obiang.

Al ignorar que muchos políticos, como Celestino Bakale, han decidido trabajar unidos en el proyecto encabezado por el Presidente Obiang Nguema Mbasogo, en vez de estar enfrentados entre sí, Ramón Lobo no sólo ofrece una visión unilateral y plana de nuestra realidad (la que a él le interesa, por otra parte), sino que ignora otra importante realidad, vital para todos los africanos y para todos los ecuatoguineanos: el hecho de que Celestino Bakale y otros políticos de la oposición se hayan decidido a participar en el proyecto del Gobierno actual obedece a que, para él y para todos nosotros, es tremendamente importante estar unidos y no confrontados, porque las confrontaciones entre nosotros siguen siendo un gran problema en África. Y porque las divisiones y los enfrentamientos entre africanos han sido sembradas, desde hace siglos, precisamente por los occidentales, y siempre, sencillamente, porque a ellos les interesaba. El refrán de “a río revuelto, ganancia de pescadores”, del que también se puede encontrar la versión “divide y vencerás”, ha causado estragos en todos los países de África; mientras que, sin embargo, ha supuesto el enriquecimiento de los que llegaron desde occidente a robar esclavos, colonizar países, sustraer ganancias y, en las últimas décadas, a posicionar a los líderes que a ellos les interesa para sus propios beneficios. Esa lección la tenemos bien aprendida en África y más aún en Guinea Ecuatorial, donde hemos podido mantener una auténtica independencia de acciones y de criterios, pese a todas las campañas mediáticas emprendidas por periodistas que se hacen pasar por “salvapatrias”, como es el caso del famoso Ramón Lobo y de los periódicos con intereses claros.

Finalmente, y sólo por subrayar uno más de los datos que convierten la literatura de Ramón Lobo en una farsa, vamos a señalar que la mayor parte de los datos que se vierten en este último artículo vienen nada menos que rubricados por Adolfo Fernández Marugán, otro de los personajes autoproclamados “grandes conocedores de Guinea Ecuatorial” y que prácticamente no ha viajado nunca a Guinea Ecuatorial. Toda la nación conoce la historia de este frustrado y autoproclamado “salvador” de nuestro país, que ni siquiera ha pisado prácticamente suelo ecuatoguineano y que, durante años, fue subvencionado por el dinero de extraños poderes fácticos. Como un moderno e interesado Quijote que sigue luchando contra los imaginarios gigantes y molinos de Guinea Ecuatorial, desde su escondido Asodegue en Madrid (nadie conoce la referencia real, ni el domicilio, ni la auténtica dirección oficial de esta asociación que se ha lucrado gracias al nombre de Guinea Ecuatorial durante años), Fernández Marugán no deja de ser sino un nombre ridículo y risible en nuestro país y es odiado ya, incluso por gran parte del sector de la oposición. Tanto que, su firma en supuestos artículos de prensa serios, como el que acaba de escribir Ramón Lobo en un periódico tan importante como El País, haga que éstos resulten igualmente ridículos y risibles.

Lamentablemente, los grandes medios de comunicación españoles siguen empleando a estos escritores disfrazados de periodistas y a estos salvapatrias quijotescos, para difundir artículos carentes de datos reales y actuales, de documentación seria y contrastada sobre Guinea Ecuatorial; un país, cuya realidad, desarrollo y actualidad, merece cuanto menos un análisis mucho más profundo, serio y con una visión más amplia, culta y basada en los complejos y verídicos datos reales que hoy ofrece nuestra sociedad.

Desde Guinea Ecuatorial seguimos lamentando que los análisis sobre nuestra patria se basen en estas farándulas planas, unilaterales, carentes de un análisis más profundo, y el que, además, falte un punto de vista más africano y veraz.

Oficina de Información y Prensa de Guinea Ecuatorial.

Aviso: La reproducción total o parcial de este artículo o de las imágenes que lo acompañen debe hacerse, siempre y en todo lugar, con la mención de la fuente de origen de la misma (Oficina de Información y Prensa de Guinea Ecuatorial).