Han pasado 75 años del fin de una sangrienta guerra que causó 70 millones de víctimas en todo el mundo. Los países europeos, principales escenarios de este enfrentamiento armado que involucró los países de todos los continentes, conmemoran esta fecha en medio de otra batalla contra un enemigo invisible, el Coronavirus.

El Presidente francés, Emmanuel Macron, ha depositado en París una ofrenda floral y ha encendido la llama en la tumba del soldado desconocido; una ceremonia sencilla desarrollada en la explanada del Arco del Triunfo a la que han asistido sus dos predecesores, Nicolas Sarkozy y François Hollande.

Sin discursos, sin honores militares ni la acostumbrada participación multitudinaria de los parisinos, el 8 de mayo se ha convertido en otra de las celebraciones afectadas por el COVID19.

La firma del mandatario galo en el libro de oro y la colocación de una corona de flores en la estatua del General Charles De Gaulle, cerraban dicha conmemoración que se ha desarrollado bajo las estrictas medidas de prevención del Coronavirus.

Oficina de Información y Prensa de Guinea Ecuatorial

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